En la era digital, ninguna empresa está a salvo. Ya no se trata de si serán atacadas, más bien de cuándo. Desde pequeñas pymes hasta grandes corporaciones, los ciberataques se han convertido en una amenaza constante y transversal, afectando a todo tipo de organizaciones sin importar su tamaño ni rubro. Este nuevo escenario exige tecnologías robustas, concientización y, sobre todo, profesionales capaces de anticiparse a las amenazas.
“Hoy, las empresas están en su mayoría ya digitalizadas, por lo que sus datos e infraestructuras tecnológicas se han transformado en su principal activo… y también en su mayor vulnerabilidad”, plantea Sebastián Otazo, Director Sectorial de Tecnologías del Instituto Profesional San Sebastián (IPSS), una institución con sólida trayectoria en la formación de Ingenieros y Técnicos en Ciberseguridad.
Según Otazo, uno de los desafíos más relevantes es preparar capital humano capaz de adelantarse a los ataques, “necesitamos profesionales que no solo respondan, también, que identifiquen, analicen y prevengan amenazas antes de que se generen daños irreversibles. Los ataques silenciosos, los que no levantan alertas, son los más destructivos”.
Desde el Instituto Profesional San Sebastián, la formación se enfoca precisamente en crear esa nueva generación de especialistas, con una mirada actualizada y cercana a las necesidades reales del mundo laboral. “Nuestros programas han sido diseñados junto con el sector productivo, lo que nos permite formar perfiles alineados con los requerimientos actuales. Hoy no basta con saber seguridad básica, se necesitan habilidades tácticas, visión estratégica y capacidad de respuesta inmediata frente a los ciberataques”, agrega Otazo.
Un informe reciente de la firma de ciberseguridad Check Point reveló que en 2024 los ciberataques globales aumentaron en promedio un 38% respecto al año anterior. Y lo más preocupante es que más del 50% de esos ataques ocurrieron en empresas pequeñas o medianas, que muchas veces carecen de los recursos para protegerse adecuadamente.
La pregunta que surge es: ¿Están las empresas realmente preparadas? ¿El talento que egresa de las instituciones educativas está a la altura del reto?
En ese sentido, Otazo es claro: “La brecha aún existe, pero debemos acortarla. Instituciones como el IP San Sebastián tienen un rol clave en ese proceso, son un puente entre la formación y la realidad de las organizaciones”.
Ley Marco de Ciberseguridad
En medio de estos esfuerzos por fortalecer la ciberdefensa nacional, surge una interrogante inevitable: ¿es realmente efectiva la Ley Marco de Ciberseguridad recientemente promulgada? Si bien representa un avance al establecer responsabilidades, protocolos de acción y un marco regulatorio común, varios expertos advierten que aún presenta brechas.
Entre sus principales críticas se encuentra la falta de precisión en su aplicación para empresas privadas de menor tamaño, la escasa fiscalización en algunos sectores y la necesidad urgente de armonizar esta ley con otras normativas ya existentes. Además, la velocidad con la que evolucionan las amenazas digitales contrasta con la lentitud legislativa, lo que obliga a complementar la ley con educación, actualización permanente y una colaboración más estrecha entre Estado, empresas e instituciones formadoras.
En un mundo donde las amenazas digitales evolucionan a diario, la formación continua en ciberseguridad no es opcional, es nuestra mejor defensa.