¿Cuáles son los principales beneficios de estas soluciones?
Entre los principales beneficios se encuentra sistematizar la información y automatizar procesos antiguamente realizados de forma manual (tarjetas perforadas, libros de firmas, etc.); y aumentar el nivel de fi abilidad, al hacer más complejo suplantar a otra persona. Asimismo, es posible realizar operaciones no presenciales, firmando digitalmente documentos y asegurando que el tercero es quién dice ser; integrar el control biométrico en dispositivos utilizados día a día, mejorando la seguridad de aplicaciones, procesos y resguardo de información personal; y realizar encriptaciones, utilizando como llaves criptográfi cas parámetros biométricos.
¿En qué otros mercados podría ampliarse su uso?
En procesos industriales principalmente vinculados a Internet de las Cosas (IoT) y la Industria 4.0, donde sea necesario autenticarse contra una máquina o dispositivo para iniciar operaciones, para realizar controles de calidad por el ente adecuado y para resguardar información sensible a la compañía.
¿Qué valor tiene la biometría en este tipo de soluciones?
Asegura una tasa de error muy baja y un reconocimiento biométrico rápido para indicar que la persona es realmente quién corresponde. Los métodos comúnmente utilizados por las compañías de tarjetas RFID, claves de acceso o sistemas similares, hacen muy sencillo suplantar a un tercero. Con un sistema biométrico las posibilidades se reducen al mínimo.
Al masificar cámaras de video con mayor resolución y funcionalidades, se puede utilizar una huella biométrica corporal y facial, obteniendo resultados muy buenos y sin contacto.
¿Qué tecnologías o tendencias se ven en el mercado de gestión de acceso e identidad?
Con el aumento del robo y secuestro de información se hace necesario mejorar el acceso a los datos, sistemas e instalaciones físicas, y el control juega un papel relevante en validar correctamente al usuario (haciendo todo el proceso auditable) para evitar accesos no autorizados.
El avance en las tecnologías de reconocimiento permite mejorar la lectura de otros parámetros biométricos, tales como la voz, corporal, facial, etc., pudiendo integrarlas en mercados tan sensibles como la salud, banca y comercio en general.