En un mundo impulsado por la información, quienes saben leer, interpretar y anticipar lo que los datos revelan se convierten en agentes de cambio. Ese es el camino que decidió recorrer Adhara Fuentealba, socióloga titulada y Diplomada en Data Science del Instituto Profesional San Sebastián.
En esta entrevista, nos cuenta cómo esta experiencia transformó su forma de trabajar con datos, qué contenidos valora del programa y por qué la ciencia de datos necesita más voces diversas, con conciencia social y perspectiva de género.

¿Qué te motivó, desde tu rol como socióloga, a especializarte en Data Science?
Desde mi titulación en 2022, me he enfocado en la recolección de datos a través de encuestas, entrevistas y focus groups, usando Excel para análisis descriptivos. Noté que mis análisis se limitaban a lo básico y empecé a sentirme estancada sin la oportunidad de manejar mayor volumen de datos. Esta decisión no solo respondía a la necesidad de mejorar mis habilidades, sino también a mi deseo de romper la burbuja y abordar los datos con un enfoque más amplio y avanzado.
¿Cómo cambió tu forma de trabajar con datos después del diplomado?
El cambio fue significativo. Aprendí el lenguaje de Python y técnicas de modelado que me permitieron automatizar procesos, visualizar datos de manera más clara y desarrollar modelos predictivos. Quedé muy sorprendida porque los datos tenían la capacidad de predecir un comportamiento.
De ahí comencé a preguntarme si sería posible aplicar ese tipo de herramientas al análisis de fenómenos sociales, lo que decidí abordar en mi proyecto final del diplomado. El aprendizaje obtenido me entregó herramientas para cruzar variables categóricas, territoriales, habitacionales y sociodemográficas.
¿En relación con tu proyecto, cómo ves el impacto de la ciencia de datos como disciplina en las diversas problemáticas sociales que vive nuestro país?
Veo un potencial enorme. El diplomado me entregó herramientas para cruzar variables categóricas, territoriales, habitacionales y sociodemográficas. Lo más valioso fue que el modelo no solo me ayudó con mi proyecto final del diplomado, indicándome en qué lugares había más probabilidad de que se instalaran nuevos campamentos, sino que también me permitió comprender dónde, por qué y en qué contextos sociales y económicos estos surgen o se expanden.

¿Qué destacarías del plan de estudios del diplomado en términos de contenidos, herramientas o metodología?
Destacaría el enfoque teórico y práctico del diplomado. Programar es solo una parte; lo fundamental es entender el problema, preparar y explorar los datos, y estar dispuestos a volver sobre nuestros pasos: revisar, cambiar variables, replantear preguntas y ajustar el enfoque cuantas veces sea necesario.
Trabajamos con bases de datos reales y aplicamos los contenidos en proyectos concretos, lo que hizo que el aprendizaje tuviera un sentido práctico desde el inicio. Valoro especialmente la variedad de herramientas que se enseñaron, desde programación y estadística hasta técnicas de visualización.
¿Cómo se enriquece el trabajo con datos cuando se incorpora la mirada femenina?
La ciencia de datos se transforma cuando se incorpora la mirada femenina. No se trata de incrementar la participación de las mujeres en la ciencia de datos, sino de transformar la manera en que recolectamos, analizamos e interpretamos los datos, integrando una perspectiva de género que entiende que las realidades de las personas abarcan la interacción de múltiples factores sociales.
¿Luego de tu paso por el diplomado, sientes que fue un espacio inclusivo con las personas y las diversas visiones?
Sentí que fue un espacio abierto, donde se valoraban distintas trayectorias y formas de aproximarse a este mundo. Había personas de diversas disciplinas, edades y experiencias, lo que enriqueció mucho las discusiones.
¿Qué mensaje le darías a otras mujeres que están considerando estudiar carreras tecnológicas o formarse en ciencia de datos?
La ciencia de datos no es exclusivo para ingenieros, ni personas expertas en programación. Es un campo que necesita diversidad de miradas. No tienes que saberlo todo desde el principio, lo importante es tener ganas de aprender.