Columna de Opinión: Por Carlos Duque Jáuregui, Director de las Áreas de Informática e Industrial en el Instituto Profesional San Sebastián.
Administrar data en la nube, sin duda, abre oportunidades de mejora en las compañías que operan con grandes volúmenes, ofreciendo ubicuidad, seguridad y flexibilidad en esta gestión.
Para las grandes empresas la idea de tener una infraestructura en la nube es cada vez más cercana. Una de las principales razones de migrar de una solución on premise, es decir, de depender de servidores que se encuentran alojados únicamente dentro de la empresa, es tener una mayor ventaja de las bondades que ofrece cloud, tales como: ahorro de dinero, tiempo y algo importante que son las fallas que puede producir un servidor dedicado y que implica que debemos hacernos cargo, destinando tiempo y recursos en ello, v/s el traspaso que se hace de esa responsabilidad a un proveedor externo, y las garantías que nos pueda dar de acuerdo a los estándares de calidad en sus servicios.
Si bien y pese a que la arquitectura en la nube y todo lo que conlleva tiene ciertos prejuicios en la industria chilena, emanados por una postura conservadora y vinculados principalmente a la seguridad de los datos que ahí se pueden almacenar, pensando que quizás un servidor en casa les da mayor confianza, sumado a la escasez de profesionales de esta especialidad en el mercado nacional, cada día se suman más medianas y grandes empresas a este tipo de soluciones brindadas por proveedores como Oracle y AWS, por nombrar algunos referentes, incluso, se espera que el uso de cloud en Chile crezca un 30% según IDC.
La arquitectura en la nube ofrece beneficios relacionados con la seguridad en los datos; potencial reducción de costos, ya que se trabaja basados en una economía en escala; la eficiencia asociada a la reducción de la administración de infraestructura TI alojada en la empresa; y escalabilidad. El mercado es muy variable y puede crecer en cuestión de meses y ante ello debemos reaccionar de forma rápida frente a la demanda. Un servidor dedicado en nuestra empresa puede tener un mejor rendimiento, pero solo si el proceso que soporta no varía, o si tu crecimiento o necesidad es puntual por un período, solo utilizando lo que se necesite por ese momento y luego prescindir de ello. Otra ventaja es la resiliencia: los proveedores se han encargado de fortalecer la capacidad para recuperar ante un desastre que involucre la pérdida de datos, por ejemplo, entre otros beneficios.
Por lo mismo, la arquitectura en la nube ayuda a las empresas, en conjunto con otras tecnologías, a que los niveles directivos y estratégicos de la misma, se enfoquen en la mejora continua de sus procesos, los cuales responden a las necesidades demandadas por los clientes y no a temas repetitivos y operativos rutinarios.
Ubicuidad, seguridad y flexibilidad
Con la crisis sanitaria que hemos vivido estos últimos años, muchos procesos de las empresas se han visto forzosamente a ser fortalecidos y/o innovados, pues si no se hacía provocaría inevitablemente la muerte de sus negocios. Me refiero a procesos relacionados a la venta, logística y atención al cliente, donde fluyen gran cantidad de datos y se requiere una disponibilidad en todo momento de ellos.
Administrar data en la nube, sin duda, abre oportunidades de mejora en las empresas que trabajan con grandes volúmenes, ofreciendo ubicuidad, seguridad y flexibilidad. Los datos son críticos y vitales para el negocio, ya que de acuerdo a estos se toman decisiones estratégicas en la empresa, por ende, ¿qué pasaría si no están disponibles en un determinado momento? Los diversos proveedores cloud finalmente ofrecen mitigar estos riesgos con altos estándares en sus servicios, almacenamiento escalable a bajo costo, sincronización, disponibilidad, seguridad y respaldo de datos, características claves de toda esta arquitectura y también gravitantes en la toma de decisiones sobre la migración a la nube.
La arquitectura cloud desde otra perspectiva ofrece un front-end para los usuarios, preocupándose del UI/ UX, en una capa intermedia un middleware que toma decisiones del almacenamiento de los datos y, por otro lado, el back-end, que es donde finalmente se almacenarán los datos. En el ámbito académico también está presente la arquitectura cloud, de hecho, el proveedor Oracle tiene un programa para docentes y pone a disposición de ellos herramientas para ser incorporadas en sus clases, tales como una base de datos en la nube, dándoles acceso a servicios gratuitos como máquinas virtuales, almacenamiento, balanceo de red y carga, monitoreo y notificaciones. Los estudiantes, sin duda, valoran este tipo de herramientas en las aulas, pues les permite de forma inmediata acceder a los últimos recursos de las bases de datos y la potencia de cálculo para trabajar con un conjunto de datos mucho más grandes que otras soluciones.
En conclusión, Cloud Data Management llegó para quedarse, con un crecimiento lento, pero a su vez seguro, que cada vez se inserta más en distintos ámbitos de cualquier industria, lo que, sin duda, traerá beneficios a corto y largo plazo, considerando un mercado cada vez más variable, agresivo, exigente y demandante.
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GERENCIA JUNIO 2022